sábado, 9 de julio de 2011

Anticuchos: la tradición que no tiene pierde



Gregoria Uquipata tiene 65 años y tiene casi cuarenta años vendiendo anticuchos en el cruce de la avenida Belaúnde y Túpac Amaru en Comas. Son tres las anticucheras que cada día, a partir de las cinco de la tarde se abarrotan gente. Doña Gregoria, la señora Matilde y la abuela Olga. El palito a dos soles acompañado de la típica papita sancochada y la clásica pancita frita son el platillo favorito de los “comeños”.


Doña Gregoria vino del Cusco a los diez años, pero comenzó a preparar anticuchos con su madre en el Rímac. Ella le enseñó los trucos que debía aprender para tener éxito. Luego se mudó a Comas, en el barrio de Año Nuevo, pero todos los días sin falta vende sus anticuchos al costado del extinto cine Túpac Amaru. 


Según cuentan los comerciantes de la avenida, aquel cine era el centro cultural del distrito y del cono norte principalmente. El lugar atraía a todos los artistas, boleristas y cantantes de cumbia de la época. En los alrededores también había discotecas y era común ver una que otra camioneta lujosa en los puestos de anticuchos. 

Gregoria dice que su caserito de siempre era el fallecido cantante del grupo Néctar, Johnny Orosco. Y ni qué decir del compositor del bolero: “Dónde estás, dónde estás Yolanda”, Ramón Avilés, al que le encanta la sazón de Gregoria, su anticuchera favorita.



“Las vendedoras son ciegas, sordas y mudas”, pues así como doña Gregoria, ellas han presenciado de todo, hasta incluso que maten a alguien delante de ellas. O incluso lidiar con los que se pasan de copas y se quieren pasar de “vivos” pues el área de trabajo se ha convertido en una de las zonas más peligrosas del lugar.


La rutina es sacar el puestito a las cinco de la mañana y quedarse hasta aproximadamente las dos de la mañana. La ganancia también es productiva, con 120 soles, y una venta aproximada de tres kilos de corazón al día. Pero como todo negocio, nada es sencillo y menos pasadas las doce de la noche. Mientras se tenga a la clientela anticucheras como Doña Gregoria seguirán haciendo de la tradición un gusto.


Por Raquel Tineo

No hay comentarios: