Si Dante Aleguieri viviera y llegara al cruce del
jirón Cangallo con la avenida Grau diría que el lugar más parecido al limbo
seria éste. Al lado izquierdo del punto indicado esta ubicada la Escuela de Medicina
San Fernando. Esta representaría al paraíso (no en el sentido hedonista de la
palabra, sino como la continuación de la vida, el lugar que intenta con todos
los medios posibles preservar la existencia) .Al lado derecho se encuentra la Morgue
Central de Lima .Seria aquella como el infierno (entiéndase nuevamente como una
alegoría . Es decir, como el primer lugar de visita que hace el cuerpo al
finalizar la vida).
Es éste el punto donde diariamente 15 desafortunados
limeños ingresan para elaborarles el último documento que contarán en la post-vida:
El certificado de defunción.
Los números suelen ser fríos, más aun si se trata de
muertos. De cada diez cuerpos que ingresan a la Morgue de Lima tres son por
accidentes de transito, tres por enfermedad (cáncer sobretodo), uno por suicidio,
otro por homicidio y los dos últimos por motivos aun no definidos por los exámenes
de laboratorio. Así lo explica el Dr. Hugo Castro Pizarro, Jefe de la Asociación
de Patología Forense (ASPAF).´´Se realizan exámenes toxicológicos
(envenenamiento o sobredosis) patológicos (insuficiencias o infecciones) y antropológicos
(reconocimiento de cadáveres por huellas)
.Intentamos aproximarnos de la manera más certera al motivo del deceso. Esta tan acostumbrado a
las cifras y a la muerte que parece que me hablara del último gol de Messi. Sin
embargo, pensar que es un insensible sería un error. ´´Los doctores no queremos
hacer daño´´ me dice al preguntarle por las negligencias médicas.
Vuelvo a acordarme de La Divina Comedia. Al escuchar
al Dr. Castro me recuerdo de Virgilio .Aquel que acompañó a Dante a cruzar el infierno.
Veo en él a Virgilio quien esclarecía todas las dudas que me asaltaban.
Si en la capital se registra al día 18 muertos en el
resto del país sumadas todas las ciudades llegan a 20´´. Solo Lima se aproxima,
a la mitad decesos ocurridos a nivel nacional, continuó el Dr. Castro. Tenía
para más pero debía irme.
Salí del infierno despidiéndome alegremente del Dr.
Virgilio. Prometí regresar (pero no precisamente para que me estudien) sino para estar
presente en la publicación de la revista especializada ´´Forense´´ que esta
liderada por el Dr. Castro (Virgilio).
Pensé en lo efímero que suele ser la vida, en lo contundente que es la muerte, también
en mi Beatriz de Covida que diariamente
se lleva algo de mí.
Por Erick Sánchez Noriega.
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