domingo, 26 de junio de 2011

LOS MUERTOS SE QUEDAN EN SUS TUMBAS

                                                            Un nicho protegido

Una cripta que sangra. Un niño que hace milagros. Fantasmas que seducen. Karatekas que atacan desde la oscuridad. El pedido de reformación a un grupo de homosexuales. Hasta la visita de una viuda que nunca encuentra la tumba de su esposo. Son algunas de las cosas que pueden pasar cuando trabajas 25 años en un cementerio donde te sientes más cómodo durmiendo ahí que en tu casa.



Jesús Enriques Palacios, tiene casi 50 años de edad y la mitad de su vida trabajando en cementerios. Es Guardián de uno de los cuarteles del cementerio “El Ángel” y lo fue del “Presbítero Maestro.” Cojea de la pierna izquierda, sonríe como si estuviese feliz de sus experiencias y las manos de quien ha trabajado toda su vida.

“La sangre corría por los lados y mancho toda la lápida que estaba debajo…” Jesús estaba llenando un cilindro con agua. Eran cerca de las ocho de la noche cuando sintió hasta tres veces un soplido en su nuca. No volteó por temor. Se mojo con el agua que salía de la manguera de la cabeza a los pies mientras giraba para intentar alejar su espanto. No debió girar.

De un nicho se veía segregar sangre. La sangre caía a un nicho vacío. Del nicho vacío ensuciaba el nicho de una niña. Pasó su compañero. No pudo pedirle ayuda pues su voz había desaparecido de la impresión. Su madre apareció por encima de la cripta. Lo llamó. Y su espasmo seguía. Su madre no estaba muerta, vivía detrás del cementerio. Y solo después de eso pudo moverse.

Y es que cuando a los muertos no les sacan los órganos, estos revientan. Lo que provocó que la sangre se haya filtrado por el cemento de las viejas criptas del cementerio. No era una maldición. No era un anuncio. Solo pura ley física de los cuerpos como diría un médico forense. Pero antes de esto Jesús en su juventud conoció a la viuda negra.

Por tres días seguidos apareció ella. Buscaba a Concepción. Vestía toda de negro. Sacón largo, blusa y hasta el sostén. Alta, cabello ondulado, curvas pronunciadas en sus caderas. Hermosa. Siempre a las seis y treinta de la tarde. Y nunca encontraba la tumba de Concepción.

Fue raro para Jesús. Él la atendió los tres días, siempre advirtiéndole de los peligros del cementerio por las noches. Pues robaban, violaban y hasta mataban por solo monedas. Fue en los setenta. Cuando las películas mexicanas estaban de moda. Entre ellas la viuda negra.

Su hermana bromeó a Jesús sobre la posibilidad que esta mujer sea la ‘viuda negra’. No le dio importancia. Pero cuando se enteró que esta misteriosa mujer, era la viuda de Concepción, hombre quien murió días cercanos a su matrimonio y luego de las insinuaciones de la misma su temor emergió. Siempre con una negativa y una postura fuerte. Esa fue la clave para que nunca más volviese a ver a esa mujer. Una simple viuda en busca de consuelo.

Y es que ni brujos ni chamanes, pudieron convencer a Jesús de la existencia de fantasmas. Pues las historias que se escuchan, de vigilantes y visitantes de cementerios, solo son mitos.

Los guardianes nocturnos, toman licor y chacchan coca, a veces con un cigarrillo también, para darse valor en las noches. Para Jesús las apariciones que ven, solo son efectos alucinógenos de lo que ingieren. Y de los visitantes, muchas veces es por sugestión o por bromas de los mismos vigilantes. Entre ellos Jesús, que hizo hasta arrodillarse y pedir perdón a un grupo de visitantes nocturnos.

“Los estaba esperando… es hora que se arrepientan de sus pecados… arrodíllense”. Con voz ronca y escondido encima de una cripta. Era un grupo de homosexuales que alarmados hicieron caso de todo lo que decía Jesús. Hasta que su compañero le grito. “Jesús, deja dormir”. Y los bromeados alarmados. “Es Jesús, hay que hacerle caso…” Lo que provocó la risa y el descubrimiento de la broma jugada.

Por Antonio  Seminario































2 comentarios:

Lavrex dijo...

hOla .. me gusto mucho su articulo .. y pues .. el Sr Jesus Enriquez Palacios es mi padre .. ^^! .. esa mañana vi al joven que conversaba con el ... gracias por su buen comentario.

buenas noches

att: Laura Isabel Enriquez Apolaya

Lavrex dijo...

Me gusto mucho su comentario ,son muy ciertas todo lo que escribieron pues mi padre el Sr Jesus Enriquez Palacios y yo estamos muy agradecidos a la importqncia que le otorgron a su humilde trabajo .. espero que todo les valla bien

att : Laura Enriquez Apolaya